Su rico ecosistema, repleto de acantilados, cumbres y barrancos convierten a este municipio en un paraíso para los amantes de la montaña y el senderismo. Kilómetros de viñedos, que se extienden de la cumbre a la costa, atraen a los amantes del buen vino. Un enclave repleto de tradiciones y costumbres plagado de espacios naturales protegidos y playas con magníficas piscinas rehabilitadas. Sus buenas comunicaciones con la capital de la isla y los completos servicios de que dispone lo convierten en un cómodo y atractivo municipio.